1 abr 2010

Europa en ojos de sietemesino


- Do you speak arab?

- Sorry?
- Arab, do you speak arab?
- Mmm... No, sorry.

Y el hombre entrajado y cincuentón se marchó. Me quedé sorprendido por la pregunta y sonriendo a solas en la adictiva cafetería universitaria, regentada por italianos. De repente me di cuenta: estoy condenado. Mi tez morena y mi pelo (digamos) algo inconformista me condenan a no ser uno más. Pasó hace un par de días.

Nunca seré belga, pese a que la diversidad es marca de la casa en Bruselas. La capital belga puede recurrir a la eufemística etiqueta de “mestiza”, pero aquí no sólo por la inmigración venida del Sur. Bruselas es el segundo centro diplomático del mundo después de Nueva York y las instituciones internacionales generan el 13% de los puestos de trabajo de la región.

Ese mismo día, llegó a la ciudad Laura, una amiga de una amiga barcelonesa. Su razón: tres meses de prácticas en un hotel de lujo. No me conocía absolutamente de nada, ni conocía absolutamente nada de la ciudad. Y, a modo Españoles por el mundo, me vi mostrándole el rostro de un rey español en la Grand Place o descubriéndole el cappuccino del cálido Le roi des Belges.

Me sentí como en casa. Contradicciones de la vida erasmus, supongo, de la que hoy estreno mi séptimo mes. Por eso, este sietemesino inaugura blog. Porque me apetece escribir sobre la vida en Bruselas, sobre los síntomas de la belguizofrenia y sobre el fenómeno del check-in online.

Me siento en una nueva Europa, la de las personas. Una Europa con estes y oestes, con redes sociales, poblada de seres llamados erasmus y sobrevolada por aparatos propiedad de un tal Ryan.

Bienvenidos. Esto es la Europa de Ryan.

1 comentario:

  1. Me gusta muchísimo este blog. Son dos ojos muy lúcidos y una mano muy inteligente los que se combinan para darnos una impresión tan puntual como cordial de la intrahistoria de Bruselas. Entraré aquí con mucha frecuencia a beber de un castellano purísimo y de una prosa impresionista, original y emotiva. Hoy también yo he empezado,de alguna forma, mi Erasmus en Bruselas. Muchas gracias y no nos cierres esta fuente de juventud. Orosio.

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